Para mí, ser contemporáneo,
o sea heredero de un mundo moderno,
no consiste tanto en la búsqueda permanente
de la innovación por la innovación,
sino mas bien en volver al principio,
y tratar de hacer las cosas otra vez,
un poco mejor.

Creo que soy uno de los arquitectos chilenos
que se ha inspirado en el espíritu de tradiciones
indígenas o  locales,
actualizándolas para conectarlas con el mundo,
sin quedarse en lo folclórico o puramente local.
Trabajo con lo que es mas universal de lo local,
como Violeta Parra.

Mi intento por relacionar la ciudad con la cultura y la naturaleza
de lugares remotos, es buscarles una destinación propia sustentable,

que los haga únicos o irrepetibles,
sin meterlos en un mundo global donde lo remoto no existe más,
ha sido un aporte que ha sido valorado y seguido
como han sido las ideas que hemos propuesto
para que las Viñas de Chile no sigan el modelo del castillo medieval
y francés sino busquen su gracia en la calidad que pueden dar al rito de
juntarse.